EE.UU. prueba un misil de crucero tras retirarse del tratado con Rusia de 1987
El test de este misil, lanzado desde la isla de San Nicolás y que impactó a más de 500 kilómetros, habría violado el tratado INF.
Estados Unidos ha llevado a cabo unaprueba con un misil de crucerodesde la isla de San Nicolás, en California, que impactó a más de 500 kilómetros, semanas después de su retirada oficial del llamado tratado INF.
El Pentágono informó en un comunicado de que efectuó el test de vuelo de “un misil de crucero configurado convencionalmente y lanzado desde tierra” este domingo, a las 14.30 hora local (21.30 hora GMT).
“El misil de prueba salió de su lanzadera móvil en tierra e impactó de forma precisa su objetivo tras más de 500 kilómetros de vuelo”, agrega la nota.
El Pentágono subrayó que “los datos recopilados y las lecciones aprendidas de esta prueba informarán al desarrollo del Departamento de Defensa sobre las capacidades futuras del medio alcance”.
El tratado INF suscrito por Estados Unidos y Rusia en 1987 estipulaba la destrucción de los misiles balísticos y de crucero, lanzados desde tierra, de corto y mediano alcance
Se trata del primer test de este tipo que lleva a cabo Estados Unidos desde su retirada oficial de ese acuerdo, el pasado 2 de agosto.
El tratado, suscrito por Estados Unidos y Rusia en 1987, estipulaba la destrucción por parte de los firmantes de los misiles balísticos y de crucero, lanzados desde tierra, de corto y mediano alcance, es decir con rangos de entre 500 y 5.500 kilómetros.
EE.UU. se retiró del acuerdo el 2 de agosto tras denunciar la negativa de Moscú a destruir un misil de crucero que, según Washington, violaba el pacto
A comienzos de este mes, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, anunció la retirada de su país del arreglo, después de que seis meses antes, denunciara el tratado ante la negativa de Moscú de destruir un misil de crucero Novator 9M729 (SSC-8, según la clasificación de la OTAN), que, según Washington, violaba las condiciones del pacto al tener un alcance de más de 500 kilómetros.
Rusia ha rebatido las críticas de Occidente de que es el único culpable del fin de este tratado, el primero de desarme de la Guerra Fría, y acusó a EE.UU. de poner en peligro la seguridad de Europa y el sistema mundial de control de armamento.