BAGDAD (CNN) – Las calles de Teherán se llenaron de dolientes vestidos de negro el lunes cuando un mar de personas acudió a presentar sus respetos a Qasem Soleimani, el general iraní asesinado por un ataque de aviones no tripulados de Estados Unidos en Bagdad la semana pasada.
Los dolientes llevaron fotografías de Soleimani, una figura venerada y poderosa que encabezó la élite Quds Force del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y dirigió las operaciones de Irán en el extranjero.
Muchos de los que estaban en las calles de la capital iraní estaban visiblemente molestos y enojados; otros gritaron “abajo con los Estados Unidos” y “muerte a los Estados Unidos”. La televisión estatal iraní dijo que asistieron millones, aunque esto aún no se había verificado.
Soleimani ha sido aclamado como mártir y héroe dentro de Irán, especialmente debido a su trabajo en la lucha contra ISIS. El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, la máxima autoridad política y religiosa del país, fue fotografiado rezando sobre el cuerpo de Soleimani durante la ceremonia fúnebre junto al presidente Hassan Rouhani.
Estados Unidos, sin embargo, ha visto a Soleimani como un terrorista y adversario. Washington afirma que es responsable de ayudar e incitar los ataques de los aliados chiítas de Irán contra las tropas estadounidenses, muchos de los cuales fueron asesinados durante los días más sangrientos de la Guerra de Irak y en conflictos sectarios en todo el Medio Oriente.
El presidente Donald Trump dijo que la decisión de matar a Soleimani se basó en la inteligencia de que había estado involucrado en la planificación de un “ataque inminente” que puso en riesgo la vida de los estadounidenses.
Washington ya había llevado a cabo una serie de ataques aéreos en Irak contra Kataib Hezbollah, un grupo respaldado por Irán que Estados Unidos consideró responsable de una serie de ataques con cohetes contra instalaciones estadounidenses que mataron a un contratista estadounidense.
Trump dijo que Soleimani fue asesinado “para detener una guerra”, pero la acción marca una escalada significativa que ha visto a ambas partes acercándose peligrosamente al borde del conflicto.
Irán prometió venganza y amenazó tanto a Estados Unidos como a Israel. El mayor general Hossein Dehghan, el principal asesor militar del Líder Supremo de Irán, le dijo a CNN que Teherán tomaría represalias atacando sitios militares. Estados Unidos opera alrededor de 800 bases militares e instalaciones logísticas fuera de su territorio soberano.
Y el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javad Zarif, dijo que el país ya no se limitará a las restricciones nucleares establecidas por el acuerdo nuclear internacional alcanzado en 2015 entre Irán y un puñado de otros países. La administración Trump abandonó el acuerdo en 2018.
Trump respondió al discurso de venganza de Irán amenazando con llevar a cabo una serie de ataques contra varios objetivos iraníes, incluidos sitios culturales, un posible crimen de guerra.
“Las fuerzas de poder iraníes en Irak han pensado que podrían actuar con impunidad, y que si actuaran no tomaríamos ataques contra Irán propiamente dicho”, dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, a CNN cuando se les preguntó sobre la declaración de Trump. “Hemos dejado claro durante meses al régimen iraní que ese no sería el caso, que íbamos a responsabilizar a los actores, los líderes que tomaron estas medidas y que organizaron estas acciones”.
Sin embargo, los críticos nacionales y extranjeros de la administración Trump acusaron al presidente y a sus asesores de no pensar en el costo de matar a Soleimani.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo en una carta a sus colegas demócratas que la decisión era “provocativa y desproporcionada” y argumentó que ponía en peligro al personal estadounidense en la región.
El futuro de las tropas estadounidenses en Irak
Los estados árabes del Golfo y los líderes europeos han pedido moderación.
En una declaración conjunta el domingo, el presidente francés, Emmanuel Macron, la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, Boris Johnson, dijeron que existe “una necesidad urgente de una escalada” en relación con las crecientes tensiones con Irán.
El Parlamento de Iraq votó casi por unanimidad para obligar al gobierno a trabajar para la eliminación de las tropas estadounidenses y extranjeras dentro del país, una clara reprimenda a Washington por el ataque que mató a Soleimani.
“Las prioridades iraquíes y Estados Unidos están cada vez más en desacuerdo”, dijo el primer ministro interino Adil Abdul Mahdi durante su discurso ante el parlamento.
Dijo que la retirada de las tropas estadounidenses era la única forma de “proteger a todos los que están en territorio iraquí”, especialmente las fuerzas estadounidenses que requieren protección contra los iraquíes.
Muqtada al-Sadr, un clérigo chiíta y crítico feroz de Estados Unidos, dijo que la respuesta del parlamento iraquí fue débil “en comparación con las violaciones estadounidenses de la soberanía iraquí”.
Mientras tanto, Trump dijo que cualquier medida para expulsar a las tropas estadounidenses del país se enfrentará a “sanciones como nunca antes se habían visto”.
“Hará que las sanciones iraníes se vean un poco mansas”, dijo Trump.
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