El sueño es un requerimiento biológico de los seres vivos que permite restaurar las funciones físicas y psicológicas. A partir del estudio del mismo es posible evaluar el estado en el que se encuentra el organismo. ¿Te interesa conocer qué es y cómo se realiza una polisomnografía? A continuación te contamos.
La polisomnografía es una prueba médica no invasiva que se emplea para estudiar el sueño e identificar alteraciones que puedan producirse durante el mismo. Se registran las ondas cerebrales y se obtienen datos de la oxigenación, la actividad cardíaca, la respuesta respiratoria, motora y ocular.
El estudio se realiza en unidades de sueño especializadas. Por lo general, este procedimiento se realiza de noche, aunque en ciertas ocasiones puede solicitarse en horario matutino.
¿Para qué se realiza la polisomnografía?
La polisomnografía es el método de elección para diagnosticar patologías que afectan la calidad y la cantidad del descanso. Este estudio suele utilizarse en la identificación del síndrome de apnea e hipopnea obstructiva del sueño, una entidad que afecta a más del 4 % de la población adulta con somnolencia diurna y deterioro cognitivo.
De igual forma, es utilizado en la detección y determinación pronóstica de la narcolepsia. Además, permite estudiar el origen del trastorno del movimiento periódico de las extremidades, en el que el paciente mueve las piernas o los brazos de forma espontánea e involuntaria mientras duerme.
Por otro lado, la polisomnografía ha mostrado utilidad en el trastorno de conducta del sueño con movimientos oculares rápidos. Ante esta afección, el paciente suele actuar y expresar físicamente los movimientos que está realizando en los sueños.
La conducta sonámbula y el insomnio crónico sin causa aparente también son motivo de indicación. Por lo general, la misma forma parte del protocolo de seguimiento de los pacientes identificados con afecciones del sueño, permitiendo mantener o reajustar la terapéutica.
Preparación previa
En la mayoría de los casos, la polisomnografía no requiere una preparación exhaustiva, a menos que sea indicada por el médico tratante. Un factor primordial para su realización es que el paciente esté relajado y con niveles moderados de sueño. Esto facilitará el inicio de la prueba y la toma de las mediciones.
Es recomendable no consumir alcohol, café, gaseosas o bebidas energizantes el día previo al estudio. Estas sustancias alteran los patrones de sueño y dificultan el inicio de la fase profunda del mismo. Por lo que se debe optar por realizar actividades relajantes que favorezcan al descanso, como un baño de agua caliente.
Por otro lado, no se deben consumir medicamentos que induzcan el sueño, ya que el registro del equipo arrojaría resultados erróneos. Se deben evitar las lociones, cremas o geles en la piel, ya que dificultan el contacto de los electrodos, creando interferencias.
En caso de optar por una polisomnografía en el hogar, el médico entregará al paciente el equipo necesario y explicará en detalle todos los pasos para su empleo. No obstante, si se tiene alguna duda se debe consultar lo antes posible con el especialista.
¿Qué ocurre durante la polisomnografía?
La evaluación integral del sueño se puede realizar en un centro hospitalario especializado o en la comodidad del hogar, de acuerdo a las características de cada paciente. Por lo general, los centros de sueño poseen salas y cuartos ambientados para relajar al paciente, con luces tenues o apagadas y en total silencio.
La polisomnografía se indica en horario nocturno o en el horario habitual de descanso, buscando recrear las condiciones de una siesta cotidiana. Múltiples estudios establecen que la misma debe incluir un registro de tiempo no menor a 6 horas y media, con al menos 3 horas de sueño continuo.
Para iniciar se colocarán en el paciente varios electrodos fijados con adhesivo en el cuero cabelludo, las sienes, los párpados, el mentón, el pecho y las piernas. Los mismos estarán conectados a una computadora central que registrará todas las variables vitales y el patrón de sueño.
En algunas ocasiones se suele colocar en la vía aérea una máquina de presión positiva y soporte ventilatorio durante la prueba, con el objetivo de facilitar el flujo de aire y la respiración. La polisomnografía no posee ningún tipo de contraindicación y se realiza en pacientes estables.
La mayoría de las personas tiene dificultad para dormir durante este tipo de pruebas. No obstante, no se requiere de una noche reparadora de sueño para ofrecer resultados exactos.
¿Qué se mide con la polisomnografía?
Durante la polisomnografía el paciente se mantendrá en continua observación por parte de un especialista, a través de una cámara ubicada en la habitación. Además, se establece contacto con el examinador a través de un sistema de audio.
A lo largo del proceso se captan y valoran las siguientes variables:
- Ondas cerebrales.
- Fases y patrones del sueño.
- Frecuencia cardiaca y respiratoria.
- Movimientos musculares.
- Niveles de oxígeno.
- Movimientos oculares.
- Posición del paciente.
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Después de la prueba
Una vez finalizado el estudio se retirarán los electrodos y sensores del cuerpo del paciente. De esta forma, el mismo podrá prepararse para irse a su hogar. Las personas pueden retomar si ningún inconveniente sus actividades y labores cotidianas.
Se debe pautar una nueva cita con el examinador, una vez que el mismo tenga los resultados. Esos permitirán confirmar o descartar alguna sospecha clínica y fijar un protocolo de atención y tratamiento.
¿Qué significan los resultados de la polisomnografía?
Las variables registradas en el estudio se utilizan para crear una inscripción gráfica del comportamiento del paciente durante el sueño. La aparición de patrones de ondas cerebrales y movimientos oculares anormales identifica alteraciones como la narcolepsia y los trastornos de conducta.
De igual forma, se evalúan los episodios de bloqueo parcial y total de la respiración durante el sueño, los que suelen tener una duración de 10 segundos y ser escasos en la mayoría de las personas. No obstante, la presencia de más de 5 de estos episodios durante la polisomnografía orienta el diagnóstico de apnea del sueño.
Además, el especialista debe considerar la evidencia de movimientos involuntarios y eventos espasmódicos que pueden ser registrados. Esto es de suma importancia cuando existe a la sospecha de trastornos de movimientos de extremidades e incluso de patologías epileptiformes.
Un prueba útil para identificar patologías del sueño
La polisomnografía es la herramienta ideal para la detección de afecciones asociadas a los patrones y estadios del sueño. La misma suele ser bastante específica y facilita la orientación diagnóstica del médico especialista.
Su aplicación permite realizar un abordaje temprano y significativo de los