EE.UU. plantea librarse de la dependencia de Rusia en el sector de energía nuclear
La subsecretaria de Energía Nuclear de la Administración Biden, Kathryn Huff, considera “gravemente preocupante” que cerca del 20 % del combustible utilizado por la flota de reactores nucleares de EE.UU. se suministre a través de contratos de enriquecimiento con proveedores rusos.
“Es realmente crítico que salgamos de nuestra dependencia, especialmente de Rusia”, dijo la funcionaria al periódico Financial Times el lunes, y pronosticó que, “si no se toman medidas, Rusia seguirá aferrándose a este mercado”.
Huff fijó un plazo para cambiar la situación y, con este fin, firmar contratos para construir nuevos reactores y encontrar proveedores alternativos de compuestos de uranio requeridos para cargarlos.
“En los próximos dos o tres años deberán firmarse entre cinco y diez contratos para construir nuevos reactores si EE.UU. quiere cumplir sus objetivos climáticos para 2050”.
EE.UU. y sus aliados impusieron sanciones contra las industrias petroleras y gasísticas tras el inicio del conflicto en Ucrania, recuerda el medio.
Washington se abstuvo de impedir que el consorcio ruso Rosatom venda combustible nuclear y servicios de enriquecimiento a las operadoras de centrales eléctricas estadounidenses y de otros países de Occidente, ya que existen pocas fuentes de suministro alternativas.
La cadena de suministro de combustible nuclear comienza con la extracción y molienda del mineral de uranio, algo que no es un servicio exclusivo de los fabricantes rusos.
Pero, el proceso químico de la conversión del mineral en gas hexafluoruro de uranio y su enriquecimiento, hasta un 5 % aproximadamente del isótopo uranio-235 estandarizado, para alimentar las centrales nucleares es una función dominada por Rosatom a escala mundial, según los expertos.
Son pocos los proveedores occidentales del servicio de enriquecimiento para las centrales nucleares, incluidos dos fabricantes franceses y un consorcio británico-alemán-neerlandés.
Mientras tanto, Tenex, filial de Rosatom, es la única empresa en el mundo que ofrece ventas comerciales de un nuevo tipo de combustible llamado Haleu, uranio enriquecido entre un 5 y un 20 %, que podría impulsar una nueva generación de reactores más pequeños y eficientes, explicaron al diario.
Huff estima que el flujo de productos de uranio baratos de origen ruso ha dañado el ciclo de combustible en EE.UU., añadiendo que hay apoyo bipartidista en el Congreso para independizar el sector de los suministros rusos.
Un subcomité de la Cámara de Representantes aprobó en mayo pasado un proyecto de ley que prohíbe las importaciones de uranio procedente de Rusia.
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